viernes, noviembre 22, 2024

Tras las huellas de la paz: Soldados kenianos en Haití frente al desafío de la seguridad y la confianza

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO

Por: Julio César García Mazara, MA.

La llegada de los soldados kenianos a Haití para hacer frente a las pandillas violentas que han causado estragos en el país ha generado opiniones encontradas entre la población Haitiana. Si bien algunos ven con buenos ojos esta intervención extranjera que busca restablecer la seguridad y paz en la nación caribeña, otros muestran reservas debido a anteriores experiencias con misiones militares internacionales.

La misión de pacificación de la ONU en Haití, que tuvo lugar entre 2004 y 2017, dejó un sabor amargo en la población haitiana debido a acusaciones de violencia sexual y la introducción del cólera. Esto ha generado desconfianza en gran parte de la población, que teme que se repitan los mismos errores con la llegada de los kenianos.

Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha destacado el apoyo que brinda su país a esta misión, asegurando que los haitianos merecen sentirse seguros en sus hogares y construir una vida mejor para sus familias. A pesar de las críticas y recelos, Biden asegura que esta misión brinda la mejor oportunidad de lograr la gobernabilidad democrática en Haití.

La llegada de los kenianos coincide con una escalada de violencia por parte de las pandillas, que tomaron control de estaciones de policía, incendiaron el aeropuerto internacional y liberaron a miles de presos de las cárceles. Ante este panorama, algunos líderes pandilleros como Jimmy Chérizier «Barbecue» han declarado la guerra a las tropas kenianas, llamando a sus hombres a luchar contra ellos.

Esta situación plantea un desafío adicional para las tropas extranjeras, que además de enfrentarse a las pandillas violentas, ahora deben lidiar con la resistencia de los líderes criminales locales. La misión multinacional liderada por Kenia tendrá que demostrar que puede restablecer la seguridad y llevar la paz a Haití, ganándose la confianza de la población y evitando los errores del pasado.

Es importante reconocer que la intervención de fuerzas extranjeras puede ser un paso necesario para restablecer el orden y la seguridad en Haití, pero también es fundamental abordar las causas subyacentes de la violencia, como la falta de oportunidades económicas, la corrupción y la debilidad institucional. La misión de estos policías kenianos, dentro de un marco de responsabilidad y supervisión, debe contribuir a sentar las bases para el retorno a la gobernabilidad democrática en el país.

En este contexto, es crucial que el gobierno haitiano y las fuerzas internacionales desplieguen estrategias integrales que aborden las condiciones de vulnerabilidad de la población, promuevan la participación ciudadana y fomenten la reconstrucción del tejido social en Haití. La seguridad no debe ser solo una cuestión de control policial, sino también de justicia social y desarrollo sostenible.

La situación en Haití es compleja y desafiante, pero con la cooperación internacional, el compromiso de las autoridades haitianas y la participación activa de la sociedad civil, se puede avanzar hacia un futuro más seguro y próspero para todos los haitianos.

 

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