En los últimos 45 años, la República Dominicana ha sido escenario de tragedias que han marcado profundamente su historia. Desde fenómenos naturales hasta negligencias humanas, cada hecho ha dejado no solo víctimas y daños materiales, sino también preguntas sin resolver. Esta es una mirada cronológica y reflexiva a los eventos que definieron nuestro dolor colectivo y nuestras lecciones pendientes.
I. Tragedias ocurridas en República Dominicana con víctimas fatales
Huracán David (1979)
Con vientos superiores a los 240 km/h, David devastó el país. Murieron más de 2,068 personas, se destruyeron miles de viviendas y hubo extensas pérdidas agrícolas. Su paso marcó un antes y un después en la historia de los desastres naturales del país.

Massacre the Regina Express (1980)
34 jóvenes abordaron clandestinamente el buque Regina Express buscando emigrar. 22 murieron asfixiados en un tanque de lastre. Fue una tragedia silenciosa que reveló la desesperación migratoria de la época.

Explosión en la Fábrica Borinquen (1984)
Una fuga de gas provocó una explosión en una planta de galletas en Santo Domingo. Al menos 14 trabajadores fallecieron. Este suceso impulsó las primeras discusiones sobre seguridad industrial.
La poblada de abril de 1984
Se estima que los actos de violencia registrados durante “La Poblada” dejaron un saldo de más de 40 personas muertas e incontables heridas, sin mencionar los cuantiosos daños a la propiedad pública y privada.
Brote de cólera (1991) y dengue hemorrágico (1995).
Dos epidemias que dejaron decenas de muertos, principalmente en barrios vulnerables de la capital. En el caso del cólera, las autoridades reportaron más de 60 fallecimientos. El dengue hemorrágico en 1995 causó al menos 54 muertes confirmadas. Ambos brotes evidenciaron las debilidades del sistema sanitario.
Accidente escolar en San Pedro de Macorís (1993)
Un autobús escolar colisionó con un camión cañero. Murieron al menos 11 niños, en una tragedia que visibilizó los riesgos del transporte escolar en zonas cañeras.
Huracán Georges (1998)
A su paso por la isla, dejó más de 380 muertos y daños catastróficos. Las presas desbordadas, la destrucción de viviendas y la pérdida de cosechas marcaron una crisis humanitaria nacional.
Incendio en la cárcel de Higüey (2005)
Una riña entre internos provocó un incendio que mató a 134 reclusos. El hacinamiento, las precarias condiciones y la falta de protocolos de evacuación agravaron el desastre.

Tormenta tropical Olga (2007)
Aunque no alcanzó categoría de huracán, Olga dejó 22 fallecidos, múltiples inundaciones y viviendas destruidas, especialmente en el Cibao y zonas rurales.
Accidente de turistas en La Romana (2008)
Un autobús turístico colisionó en la carretera Higüey–La Romana, provocando la muerte de 19 personas, entre ellas seis turistas europeos. El hecho generó críticas a la seguridad del transporte turístico.
Huracán Fiona (2022)
Afectó gravemente al este del país. Aunque dejó 8 muertes confirmadas, el nivel de destrucción de viviendas e infraestructura fue amplio, especialmente en Hato Mayor, La Altagracia y El Seibo.
Inundaciones del 17 de noviembre (2023)
Un récord de lluvias (más de 431 mm en 24 horas) provocó inundaciones catastróficas. Murieron al menos 30 personas en distintos puntos del país, incluyendo víctimas por arrastre de vehículos.
Colapso del muro en paso a desnivel (2023)
El desplome de un muro lateral del paso a desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez dejó 9 muertos. Fue la expresión de una infraestructura desatendida en medio de una ciudad vulnerable.

Explosión en San Cristóbal (2023)
El 14 de agosto, una explosión en una zona comercial mató a 39 personas y dejó más de 60 heridas. Entre los fallecidos, varios menores de edad. El hecho expuso la negligencia estatal en la supervisión de negocios de alto riesgo.
Accidente en Quita Sueño, Haina (2023)
Una patana impactó un autobús con pasajeros en la carretera Sánchez. Murieron 12 personas. Fue una tragedia que volvió a poner en agenda el caos del transporte pesado en zonas pobladas.
Colapso del techo de la discoteca Jet Set (2025)
La más reciente y dolorosa tragedia: el 8 de abril, durante una presentación artística, el techo del icónico centro de entretenimiento colapsó. Murieron 221 personas, incluyendo artistas, figuras públicas y ciudadanos comunes. Más de 150 resultaron heridas. Ha sido calificada como la peor tragedia civil urbana del siglo XXI en RD.
II. Tragedias sin víctimas fatales pero de alto impacto público.
Desplome parcial del Hotel Hispaniola (1997)
Una falla estructural en una de las alas del hotel generó evacuaciones de emergencia. No hubo heridos, pero expuso graves fallas en la inspección de edificaciones turísticas. Dio pie a reformas en los códigos de construcción.
III. Tragedias fuera del país con dominicanos como víctimas
Accidente del vuelo 587 de American Airlines (2001)
El avión con destino Santo Domingo se estrelló en Queens, Nueva York, pocos minutos después del despegue. Murieron 260 personas, la mayoría de origen dominicano. Fue el segundo accidente aéreo más mortífero de EE.UU. y causó un luto nacional prolongado.
Estos hechos, aunque menos recordados, forman parte de la misma cadena de falta de previsión, debilidad institucional y escasa cultura de mantenimiento que ha sido constante en nuestra historia reciente. Por ser menos letales no deben ser menos importantes. Porque muchas veces las grandes tragedias son solo la consecuencia final de muchas pequeñas advertencias que nadie quiso oír.
Estas tragedias no solo están marcadas por el número de víctimas, sino por lo que revelan: debilidades estructurales, falta de prevención, abandono institucional o simples fallos humanos. Recordarlas es también un acto de memoria colectiva para que, al menos, el dolor no haya sido en vano.