AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Escrito Por: Mohsin Hamid
La empatía es una de las actitudes más nobles con la que cuenta el ser humano pues abre las puertas a la compresión partiendo de la disponibilidad que ofrece al permitir ponerse en el lugar del otro.
Hay que decir que, según expertos, la empatía puede aumentar o disminuir dependiendo el ambiente en el que se desenvuelva la persona.
Una persona muy solitaria pudiera tener poca empatía con los demás, sin embargo, estudios demuestran que una persona sociable tiende a ser empática ya que se identifica más con sus semejantes a razón del lazo emocional que ha creado con ellos.
En ese orden de ideas hay un elemento que ha entrado al ruedo en estos tiempos y es el uso excesivo de la tecnología y su impacto en la esfera emocional y psicológica cuando no se hace un uso abusivo de ella, comportamiento cada vez más frecuente.
Y es que las redes sociales, en especial para los adolescentes, es la fuente de fácil validación que en su vida personal pudieran andar necesitando pero que requiere esfuerzo para lograr, y de escape de las tensiones y dificultades que en momentos en la vida real todos tenemos.
Ello ha provocado que la empatía sea cada vez menor, ya que el uso excesivo de los dispositivos electrónicos va ensimismado a los usuarios en un mundo donde entienden que son el centro del universo y nada fuera de ellos tiene mayor importancia y validez.
Según la psiquiatra Marian Rojas Estapé, en su libro “Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida”, el uso de las pantallas ha ido reduciendo las llamadas neuronas espejo que son “las células nerviosas claves en la empatía” y que son aquellas que nos llevan a imaginarnos en los zapatos de nuestros semejantes.
La española señala que “las neuronas espejo son esenciales en los vínculos y las relaciones. Es un mecanismo neuronal que nos ayuda a ponernos en la piel de los demás”.
Marian además afirma que “pasar demasiado tiempo a solas delante de una pantalla resulta perjudicial para este tipo de células nerviosas”.
De su lado Giacomo Rizzolatti, quien descubrió las neuronas espejo, confirma “que mucha pantalla disminuye la empatía”, lo que pudiera explicar por qué estamos en una era donde la empatía se percibe menos cada día.
Es por ello por lo que son tan frecuentes las imágenes de accidentes o situaciones desafortunadas en que los individuos en lugar de ayudar, lo que hacen es prender la cámara del celular para grabar el momento como contenido para sus redes sociales o grupos de whatsapp, en vez de ayudar a quien necesita del socorro oportuno de una mano amiga.
La empatía es una virtud que debemos cultivar estando en el aquí y ahora con nuestros seres queridos como forma de fortificar ese lazo que nos hace sentir, pensar y actuar de una manera similar a razón de la afinidad que nos une.
Una de las razones por las que hoy tantas personas sienten mayores niveles de soledad es precisamente por el desinterés que tenemos unos por otros dado que la hiper conectividad nos ha vuelto insensibles. Con esto se cumple una paradoja, y es que tanto más conectados estamos, cuanto más solos nos percibimos.
Estando en una reunión de amigos cercanos nos reunimos para conversar y ponernos al día sobre temas en común tanto laborales como deportivos en el restaurante donde nos encontrábamos luego de un rato hablando, por instinto todos tomamos nuestros celulares y empezamos a chatear o mirar contenidos en redes sociales, y en ese momento desperté y dije, señores dejemos el celular, olvidémonos de los que no están y centrémonos en el aquí y ahora, que si pasa algo grave de seguro que nos van a llamar, pero si continuamos enganchados en las redes, de seguro mañana poco recordaremos de este agradable encuentro . Luego de un rato volvimos a conectar y a disfrutar la reunión.
En ese orden hay que decir que todos damos mayor importancia al que está ausente que quien está presente, evidenciado en el hecho de que en una conversación le prestamos más interés y atención al celular para ver qué nos escribió el que no está, ignorando de esa manera al que está tratando de compartir contigo en la mesa.
La falta de empatía y la incapacidad que estamos desarrollando para disfrutar el momento presente, sin mencionar las dificultades que ya tenemos para concentrarnos, están erosionando nuestra capacidad para disfrutar de la vida, pues nos perdemos los pequeños placeres por estar distraídos mirando contenidos que nos roban la atención y hasta pudiera decirse, nuestra vida.
Así como digo una cosa, debo decir la otra, ya a estas alturas pensar que se puede vivir sin dispositivos electrónicos sería una quimera, pues todo nuestro quehacer profesional, personal y familiar se basa en el uso de las herramientas de las Tecnologías de la información y la comunicación, sin embargo, lo que hay que luchar es por no caer en los excesos que cada vez son más frecuentes en cuanto al uso de la tecnología, al tiempo de buscar espacios en el día o en la semana para sencillamente estar en el aquí y el ahora, desconectándonos verdaderamente de dichos dispositivos al menos por unas horas.
Finalmente cierro diciendo que es importante desconectarnos de vez en cuando para conectar realmente con los demás.