AGENDA ORIENTAL, RD- En el tablero político dominicano, la partida parece inclinarse decisivamente hacia el Partido Revolucionario Moderno (PRM) bajo la liderazgo del presidente Luis Abinader, marcando un contraste notable con la situación de los partidos de oposición: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo, y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Estos, en un intento de unificación bajo la bandera de la «Alianza Rescate RD», no logran disimular su inherente competencia interna ni ofrecer una alternativa convincente al electorado.
La reciente declaración de esta alianza ha resultado ser, según las críticas, un ejercicio de retórica sin sustancia, falto de lógica y sin impacto significativo en la dinámica política actual. Mientras la oposición se encuentra fragmentada en múltiples frentes, el PRM se consolida con una popularidad que excede el 65%, una cifra nada despreciable que refleja el amplio respaldo ciudadano hacia el presidente Abinader y su administración. Frente a este escenario, la estrategia de la oposición de evitar que el presidente alcance el 70% de aprobación—un margen que anticiparían como decisivo para las futuras contiendas electorales—parece más un acto de desesperación que una maniobra política calculada.
El declive de los partidos opositores no es un fenómeno espontáneo; es el resultado de años de percepciones negativas hacia su gestión gubernamental, marcada por escándalos de corrupción, secuestro institucional y falta de transparencia. Por otro lado, el presidente Abinader ha sabido capitalizar el deseo de transparencia, eficiencia y sinceridad en la gestión pública, creando una brecha aún más amplia entre su gobierno y las alternativas opositoras.
Además, los logros tangibles de la administración actual en sectores clave como obras públicas, turismo, justicia, entre otros, han fortalecido la percepción de un gobierno comprometido con el progreso y la mejora continua de las condiciones de vida en el país. La estabilidad política, social y económica actual, aunada a la eficaz gestión de recursos y proyectos nacionales, coloca al PRM en una posición de ventaja considerable.
En este contexto, la disyuntiva para la oposición es crítica: o bien encuentra un camino hacia la renovación interna, con propuestas claras y un frente unificado, o se enfrenta a la posibilidad real de un largo periodo fuera del poder. La política dominicana se halla en un momento de definiciones, donde la capacidad de adaptación y la cohesión interna serán determinantes.
Mientras tanto, el gobierno del presidente Abinader se proyecta hacia el futuro con optimismo, prometiendo más años de gestión orientada al bienestar general y al desarrollo sostenible del país. Con una población que respalda el rumbo actual y una oposición en búsqueda de dirección, el escenario político dominicano refleja un momento histórico de transformación y consolidación de nuevas dinámicas de poder.
El país avanza y continúa en un proceso de cambio constante, es indudable que el partido de gobierno ha llenado las expectativas de la población más allá de lo que las propias circunstancia se lo han permitido, por esta razón vemos como única posibilidad que el presidente Luis Abinader gane su repostulación con más del 65% del voto popular. Logrando con esta hazaña un hito histórico para un presidente electo en nuestro país, el compromiso será mayor, la responsabilidad se incrementa y la humildad deberá ser bandera del presidente y todos los funcionarios.
Paul Almánzar Hued