Santo Domingo Esté, Agenda Oriental:
En la política local, las promesas son moneda corriente, pero cumplirlas parece ser una tarea más esquiva. Jhoansel Bautista, ex-candidato a regidor, alza su voz con razón y decepción: aún espera el llamado del alcalde Dios Astacio. Este último prometió que aquellos ex-candidatos a regidor que lo apoyaron serían parte integral de su equipo de trabajo en la alcaldía tras su victoria. Sin embargo, el teléfono no suena para ellos. Algunos van personalmente y son rechazados.
Pero la desilusión no se limita a los ex-candidatos. Los jóvenes que acompañaron incansablemente a Astacio durante su campaña, noche tras noche, tampoco han sido reconocidos ni nombrados en puestos relevantes.
Esta situación plantea una cuestión fundamental sobre la integridad y la responsabilidad en la política local. Prometer es fácil, pero cumplir con esas promesas es lo que verdaderamente define a un líder comprometido con su comunidad.
El alcalde Astacio tiene la oportunidad de rectificar esta situación y demostrar que su compromiso con aquellos que lo apoyaron no fue simplemente un eslogan de campaña. La confianza de los ciudadanos se gana con acciones concretas, no con palabras vacías.
Es imperativo que las promesas políticas se conviertan en realidades palpables. La coherencia entre el discurso y la acción es crucial para fortalecer la democracia y mantener la confianza pública en las instituciones.
En resumen, la falta de respuesta a las expectativas de quienes respaldaron la campaña del alcalde refleja una deuda moral y ética que debe ser saldada. Es hora de recordar que la política no debería ser solo sobre el poder, sino sobre el servicio y el compromiso con los ideales democráticos que prometen representar.