AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.
Los regidores prestaron especial atención a los datos financieros revelados por el ejecutivo municipal.
Durante el discurso del alcalde Dio Astacio, los regidores Jehimy Núñez y Arturo Santos destacaron por su atención minuciosa y por tomar extensas notas en pleno desarrollo de la alocución, que abordó temas clave de la actual administración.
Jehimy Núñez, regidora y ex secretaria general durante la pasada gestión de Manuel Jiménez, se mostró especialmente interesada en las cifras presentadas por el alcalde Astacio, en particular cuando se refirió a una deuda de más de 1,700 millones de pesos heredada de la administración anterior.
Núñez llenó dos hojas completas con observaciones, en lo que fue interpretado por algunos como un ejercicio de contraloría activa y crítica, dada su participación en la gestión señalada. Por su parte, el regidor opositor Arturo Santos, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), también tomó nota detallada, completando una hoja y media con anotaciones, en un evidente interés por examinar con detenimiento el contenido del discurso del ejecutivo municipal.
El acto de rendición de cuentas, que forma parte del calendario institucional del ayuntamiento, generó reacciones diversas entre los miembros del Concejo de Regidores, destacando el seguimiento riguroso de los regidores mencionados como señal de la importancia de la transparencia y el escrutinio democrático.
Las notas que dicen más que las palabras: un gesto de fiscalización en el Concejo Municipal
En política, a veces los gestos silenciosos hablan más alto que los discursos. Tal fue el caso de los regidores Jehimy Núñez y Arturo Santos durante la reciente alocución del alcalde Dio Astacio en Santo Domingo Este. Mientras el alcalde hablaba de cifras, deudas heredadas y planes de desarrollo, dos hojas llenas de observaciones por parte de Núñez y una y media por Santos se convirtieron en símbolo de un ejercicio de fiscalización que merece ser aplaudido.
Jehimy Núñez, lejos de mostrarse ajena o incómoda con las cifras que salpicaban a la gestión que ella misma ayudó a construir como secretaria general, optó por tomar nota. Ese gesto puede interpretarse de muchas maneras: como autodefensa, como preparación para responder o incluso como una muestra de responsabilidad política ante los cuestionamientos. Pero, en cualquier caso, es un acto que denota compromiso.
Por su parte, el regidor Arturo Santos, desde la oposición, asumió también su rol con altura: escuchar, anotar, cuestionar desde la evidencia. Un gesto que, más que confrontación, representa la esencia del equilibrio democrático.
La política local necesita más de estos silencios atentos, de estas hojas llenas de apuntes y menos reacciones vacías. En un país donde la memoria institucional es corta y los discursos muchas veces se desvanecen al otro día, que existan regidores que documentan lo que se dice es una luz de esperanza para la fiscalización y la transparencia.
Ojalá esas notas no queden solo en papel.