AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Por: Julio Cesar García Mazara, MA.
La reciente concesión de asilo político al candidato opositor venezolano, Edmundo González, por parte de España ha generado un profundo impacto en la dinámica política del país sudamericano. Esta decisión ha dejado en vilo tanto a la oposición liderada por María Corina Machado, como al régimen encabezado por Nicolás Maduro.
Ante la inminente juramentación de González como presidente constitucional de Venezuela, según las actas publicadas por la oposición que lo declaran ganador con un contundente 70% de los votos, se abre un escenario lleno de incertidumbre y tensiones. Por un lado, el chavismo ve en la salida de González una victoria para su causa, mientras que la oposición interpreta este movimiento como parte de su estrategia para enfrentar al gobierno actual.
María Corina Machado, quien permanece en Venezuela de manera clandestina, se erige como una voz de esperanza y resistencia para aquellos que claman por un cambio en el país. Con un mensaje firme de continuar la lucha «hasta el final», la líder opositora apuesta por la presión internacional, la movilización ciudadana y posibles fisuras dentro del oficialismo como vías para lograr un cambio de régimen.
Sin embargo, las señales de fragmentación interna en el bloque chavista no parecen ser evidentes, lo que plantea un escenario complejo para la oposición en su intento por generar una transición política. A pesar del respaldo popular y el desgaste del gobierno, la falta de unidad y liderazgo dentro de la oposición plantea desafíos significativos de cara a las próximas elecciones regionales y legislativas en 2025.
El futuro político de Venezuela se mantiene en una encrucijada, donde la presión externa y la capacidad de movilización interna serán determinantes en el desenlace de esta crisis. La cuestión de si Maduro y sus aliados están dispuestos a ceder terreno ante las demandas de la oposición sigue siendo un interrogante crucial en la búsqueda de una salida negociada y pacífica.
A medida que nos acercamos al 10 de enero de 2025, fecha clave para la juramentación del presidente electo, es fundamental que los actores políticos en Venezuela encuentren vías de entendimiento y cooperación para evitar una escalada de conflictos y garantizar una transición democrática y estable para el país. Mientras tanto, la comunidad internacional debe mantener su apoyo a favor de la democracia y los derechos humanos en Venezuela, contribuyendo así a una solución pacífica y consensuada para la crisis actual.