AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Desde la inauguración del Palacio Municipal, un aura ominosa parece haberse apoderado de la Alcaldía de Santo Domingo Este. Inicialmente inaugurado por la vicealcaldesa de entonces, este edificio emblemático ha visto cómo quienes lo habitan experimentan niveles alarmantes de estrés, desesperanza y tristeza. La inseguridad laboral y las discriminaciones son moneda corriente entre aquellos que laboran allí, exacerbadas por una Dirección de Gestión Humana que parece estar en manos de individuos insensibles, quienes disfrutan al ver la agonía de los más vulnerables.
Se levantan falsos testimonios y se tejen calumnias, mientras aquellos más cómodos esperan a cobrar y retirarse sin compromiso ni responsabilidad. El maleficio parece borrar las voluntades de los Alcaldes, quienes olvidan sus principios y aliados al ascender al cuarto piso, permitiéndose ganar con unos y gobernar con otros, creando un malestar que inevitablemente marca el paso hacia la decadencia política.
¿Dónde están ahora los Alcaldes que una vez ostentaron este codiciado cargo entre 2015 y 2024? Una investigación sociológica revelaría quizás sus destinos, marcados por la vulneración de derechos fundamentales, el juego constante de «dijo, no dijo», y una gestión que parece más un campo de batalla que una administración pública responsable.
Desde la experiencia y la fe, se percibe claramente que algo no anda bien en la Alcaldía de Santo Domingo Este. Sin embargo, confiamos en que el tiempo y la fe superen cualquier maleficio, y que Dios, en su infinita misericordia, llene de paz y rectitud los pasillos de este Palacio Municipal. Que todo salga bien, no solo por el bienestar de quienes allí trabajan, sino por el futuro de toda la comunidad.