El veterano dirigente político y estratega electoral Dr. Néstor Cruz Pichardo ha asumido oficialmente la coordinación general de la campaña de Eduardo Sanz Lovatón (Yayo), marcando con este paso un hito de alto calibre dentro del entramado político de cara a los próximos comicios. Su designación no es un simple movimiento táctico, sino una apuesta sólida a la experiencia y al éxito probado en terreno electoral.
Cruz Pichardo no es un nombre desconocido en la política dominicana. Al contrario, su trayectoria está marcada por una racha electoral sin precedentes: ha ganado seis elecciones congresuales consecutivas entre el año 2002 y la actualidad, ya sea de forma directa o como arquitecto detrás del ascenso de su compañera de vida, la Dra. Adalgisa Abreu, quien lo sucedió en la Cámara de Diputados en 2016 y ha sido reelecta desde entonces.
Desde el año 2002 hasta el 2016, Cruz Pichardo fue diputado, tiempo en el que se consolidó como un legislador cercano a su comunidad, firme en sus convicciones y hábil negociador en la arena congresual. En 2016, en un movimiento que reflejó tanto madurez como visión política, respaldó a su esposa en su candidatura a diputada, sumando a su historial una transición política familiar que ha sabido mantenerse firme y con resultados.
Pero quizás una de las facetas menos conocidas por el público general es su papel como coordinador de campaña del hoy presidente de la República, Luis Abinader, en el proceso electoral que culminó en el histórico triunfo del 2020. Desde el 2016 hasta el 2020, Cruz Pichardo trabajó incansablemente en la estrategia y organización política del proyecto presidencial del PRM, demostrando su capacidad para estructurar campañas de alto impacto, con enfoque territorial y sensibilidad social.
Con la mirada ahora puesta en fortalecer la candidatura de Eduardo Sanz Lovatón —mejor conocido como Yayo—, el Dr. Cruz Pichardo aporta una combinación de experiencia, liderazgo y una comprensión profunda del terreno electoral. Su incorporación no solo le suma músculo estratégico a la campaña, sino que envía un mensaje claro: este es un proyecto que se toma en serio cada paso, cada voto y cada rincón del electorado.
Yayo, quien ha venido ganando terreno como figura emergente con amplia proyección nacional, recibe así un respaldo significativo de parte de uno de los cuadros políticos más curtidos del PRM. La suma de juventud e innovación con veteranía y táctica puede ser, sin lugar a dudas, una fórmula ganadora.
En tiempos donde las campañas requieren algo más que carisma y presencia mediática, contar con un cerebro electoral como el de Cruz Pichardo es una ventaja competitiva mayúscula. En política, como en la guerra, los veteranos no se improvisan. Se forjan en batalla, y Cruz Pichardo ha demostrado —una y otra vez— que sabe cómo ganar.
