AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Por: Julio Cesar Garcia Mazara, MACrisis en Venezuela
Cuando Hugo Chávez designó a Nicolás Maduro como su sucesor en sus últimos días, pocos imaginaban que el ex conductor de autobús y sindicalista lograría no solo mantener la cohesión del chavismo, sino consolidar un liderazgo que lo ha mantenido en el poder durante más de una década. Sin el carisma y la popularidad de Chávez, Maduro ha sabido navegar las aguas turbulentas de la política venezolana, acompañado de una serie de figuras que, al igual que él, han heredado el legado del comandante, pero que, con el tiempo, se han establecido como actores clave en el actual entramado de poder.
A lo largo de estos años, Maduro se ha rodeado de un grupo selecto de personajes que forman lo que podría considerarse su círculo de confianza. Entre ellos, destacan Cilia Flores, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino, y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. Estos actores no solo ocupan puestos claves en el gobierno, sino que, a lo largo del tiempo, han consolidado su propio poder dentro del chavismo, jugando papeles fundamentales tanto en la política interna como en la geopolítica externa de Venezuela.
Cilia Flores: la «primera combatiente»
Cilia Flores, la esposa de Maduro, es una de las figuras más influyentes dentro de su círculo íntimo. Aunque tradicionalmente se asocia a las esposas de los presidentes con el rol de primeras damas sin mayor influencia política, Flores ha desafiado esta concepción. Abogada de formación y con una carrera política de larga data, Cilia ha jugado un papel crucial en el engranaje del poder chavista. Fue presidenta de la Asamblea Nacional, procuradora general, y actualmente sigue siendo una de las principales voces dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
A pesar de que ha asumido en los últimos años la imagen tradicional de primera dama, los analistas políticos coinciden en que Flores es, en muchos aspectos, el poder detrás del trono. No es solo la esposa de Maduro, sino una operadora política hábil que ha sabido posicionarse como un pilar fundamental en el mantenimiento del régimen. Su familia, a menudo en el centro de las sanciones internacionales, también juega un rol dentro de este entramado, con sus hijos involucrados en diversas controversias, lo que ha agregado una capa de complejidad a su figura.
Diosdado Cabello: el «hermano» incómodo
Diosdado Cabello, considerado por muchos como el número dos del chavismo, ha sido una figura clave en la consolidación del poder de Maduro. En su carrera, ha ocupado cargos de relevancia, como presidente de la Asamblea Nacional y ministro de Interior y Justicia, y ha sido un firme defensor de la Revolución Bolivariana. Aunque se ha especulado sobre posibles rivalidades entre él y Maduro, ambos se consideran «hermanos políticos», una relación que les ha permitido mantener la cohesión dentro del chavismo.
Cabello ha sido sancionado por Estados Unidos debido a presuntas actividades ilícitas y, en particular, se le ha vinculado con el llamado «Cartel de los Soles», una red de narcotraficantes que incluiría a funcionarios venezolanos. Sin embargo, Cabello ha mantenido su poder a través de su influencia en el PSUV y en la Fuerza Armada Nacional, una de las instituciones más poderosas de Venezuela.
Vladimir Padrino López: el hombre de la Fuerza Armada
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ha sido una pieza fundamental en el sostenimiento del régimen de Maduro. Con una carrera militar que data desde los tiempos de Chávez, Padrino ha logrado mantenerse en el cargo durante más de una década, lo que lo convierte en uno de los ministros de Defensa con más tiempo en el poder en la historia reciente de Venezuela. Su capacidad para armonizar las distintas facciones dentro de la Fuerza Armada Nacional y su apoyo incondicional a Maduro le han permitido consolidarse como uno de los pilares del régimen.
A través de sus relaciones con la Fuerza Armada, Padrino ha logrado asegurarse el control de sectores estratégicos de la economía, como el petróleo y la minería, lo que le otorga un poder considerable en la toma de decisiones. Su influencia dentro de la institución castrense es tal que muchos analistas consideran que la Fuerza Armada de hoy es, en gran medida, la Fuerza Armada de Padrino.
Jorge y Delcy Rodríguez: los operadores políticos
Jorge y Delcy Rodríguez son dos de los operadores más cercanos a Maduro. Jorge Rodríguez, médico psiquiatra de formación, es actualmente presidente de la Asamblea Nacional y ha sido uno de los principales artífices de la estrategia electoral del chavismo. Su capacidad para negociar con la oposición y con actores internacionales ha sido crucial en la supervivencia del régimen de Maduro, sobre todo en tiempos de aislamiento diplomático. Además, algunos analistas señalan que Jorge Rodríguez podría ser considerado como un posible relevo presidencial, dada su habilidad intelectual y su cercanía a Maduro.
Por otro lado, Delcy Rodríguez, hermana de Jorge y actual vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, ha jugado un papel igualmente importante. Con una carrera que incluye cargos como ministra de Comunicación y canciller, Delcy ha sido clave en la política exterior del gobierno de Maduro. Junto a su hermano, ha liderado negociaciones con actores internacionales y ha sido una de las principales figuras en el gobierno encargadas de defender la imagen de Venezuela en el exterior.
Un círculo consolidado en tiempos de crisis
El círculo de poder en torno a Nicolás Maduro ha logrado mantenerse unido y fuerte a pesar de las crecientes sanciones internacionales, la crisis económica y social, y los desafíos políticos tanto internos como externos. Las figuras que lo rodean, desde Cilia Flores hasta los Rodríguez, pasando por Cabello y Padrino, han consolidado su poder no solo a través de la lealtad a Maduro, sino también mediante el control de recursos clave y la influencia en las instituciones fundamentales del país, como la Fuerza Armada y el PSUV.
A pesar de la crisis de legitimidad que atraviesa el régimen, y del creciente rechazo internacional hacia su gobierno, el círculo de poder de Maduro sigue funcionando como un engranaje bien aceitado, capaz de sortear los desafíos y garantizar la permanencia del chavismo en el poder. Sin embargo, este grupo también es consciente de que, en política, los equilibrios de poder son frágiles y el futuro de Venezuela podría depender de cómo se manejen las tensiones internas dentro de este núcleo de poder.