AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.
Por Chiqui Aguilera.
Con miras al proceso interno del PRM en 2026, se impone la necesidad de reglas claras, respeto a la militancia y competencia real entre aspirantes.
Santo Domingo Este se prepara, aún sin fecha oficial, para una contienda interna que pondrá a prueba la coherencia del PRM entre su discurso y su práctica. La elección de su dirección municipal no puede convertirse en un acuerdo de cúpulas. Debe ser una muestra de democracia viva.
Aunque aún no hay una fecha oficial para el proceso interno del PRM en Santo Domingo Este, previsto para el año 2026, desde ya se vislumbra una prueba clave para el partido: demostrar que su discurso de renovación y transparencia también se aplica puertas adentro. La futura elección de su dirección municipal no puede convertirse en un simple trámite, ni mucho menos en un acuerdo entre grupos de poder. Ese proceso deberá ser una expresión genuina de la voluntad de las bases.
Otto Vargas, Alex Mordan, Erick Guzmán, José Sánchez, Dio Astacio, Juan José Rojas, José Liz y Julio Cruz Pichardo han expresado públicamente su interés de competir, y tienen el pleno derecho de hacerlo en igualdad de condiciones. Este no debe ser un juego de influencias ni de padrinazgos, sino una contienda de ideas, trabajo político y conexión con la militancia.
Desde ya debe quedar claro: que nadie se retire, que no se imponga el dedo, ni el lapicero, ni la nómina local por encima del voto. Las bases del PRM en Santo Domingo Este merecen respeto y participación efectiva. Cuando llegue el momento, la dirigencia, tanto nacional como local, tendrá la responsabilidad de garantizar un proceso limpio, transparente y competitivo. Cualquier intento de manipulación, de consensos forzados o de imposiciones disfrazadas solo debilitará al partido.
El proceso de 2026 no debe ser un obstáculo; tiene que ser una oportunidad para renovar liderazgos, fortalecer estructuras y proyectar al PRM como una organización moderna, coherente y confiable. La unidad verdadera no nace del reparto, sino del respeto al voto. Y solo puede exigirse lealtad a quien ha sido electo con legitimidad.
Santo Domingo Este no necesita fórmulas impuestas. Necesita liderazgos auténticos, forjados en el terreno, respaldados por las bases. Y eso solo se logrará si se compite con apertura, honestidad y transparencia.
