jueves, abril 10, 2025
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Carlos de Jesús, asesor de la Presidencia, le debe una explicación a Luis Abinader y José Paliza por sus ataques al alcalde “Dío Astacio”

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.

Por José Amador, Director del Periódico Alta Gama

Si lo que buscaba Carlos de Jesús eran sus cinco minutos de fama, los ha conseguido. Pero, políticamente, ha quedado enterrado.

El escenario político dominicano nos sorprende constantemente con episodios que rayan en lo absurdo. En esta ocasión, el protagonista de un lamentable espectáculo es Carlos de Jesús, asesor del Poder Ejecutivo en materia de titulación inmobiliaria, quien parece estar más enfocado en atacar a miembros de su propio partido que en cumplir con sus responsabilidades.

En una reciente entrevista con el comunicador José Paulino, en su segmento Sin Anestesia, Carlos de Jesús afirmó que el alcalde de Santo Domingo Este, Dío Astacio, lo “irrespetó políticamente”. Sin embargo, lo que no explicó es qué fue exactamente lo que pidió al alcalde y que no le fue concedido.

Lo cierto es que el alcalde Dío Astacio es uno de los mejor valorados del país, un hecho que parece incomodar a su compañero de partido. En lugar de trabajar en equipo para fortalecer la gestión del PRM, Carlos de Jesús ha optado por el show mediático, llegando incluso a pararse frente a la Alcaldía de Santo Domingo Este con dos cubetas en símbolo de una supuesta promesa incumplida. Un acto que, lejos de generar apoyo a su causa, lo deja en ridículo y lo expone como alguien desesperado por atención.

El PRM no puede permitirse este tipo de comportamientos infantiles y divisionistas. El presidente Luis Abinader y el presidente del partido, José Ignacio Paliza, merecen una explicación. ¿A qué juega Carlos de Jesús? ¿Por qué ataca a uno de los suyos cuando el verdadero enemigo político está fuera del partido?

Si lo que buscaba Carlos de Jesús eran sus cinco minutos de fama, los ha conseguido. Pero políticamente ha quedado enterrado. En un país que clama por líderes serios y comprometidos, no hay espacio para políticos que, en lugar de construir, se dedican a sabotear a los suyos.

Redacción

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