lunes, noviembre 25, 2024

China, RD y las reformas económicas

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO

Por Mihail García

Debe ser angustiante sobrevivir con menos de 2.15 dólares al día (aproximadamente 126 pesos dominicanos) y aunque muchos no lo crean, en el mundo existe una amplia cantidad de ciudadanos que padecen de esta terrible realidad, a esto, el Banco Mundial le llama pobreza extrema y estima en más de 700 millones las personas que transitan por este angosto camino de subsistencia.

La mayor cantidad de pobres extremos la aporta África, un continente olvidado y saqueado durante siglos, que hoy da indicios, a través de nuevas alianzas, de su intención de salir de la modorra. Se estima entre 400 y 300 millones las personas que padecen esta realidad el África subsahariana.

En América Latina, en cambio los pobres extremos, según datos de la CEPAL, bordean el umbral de los 80 millones una cifra que llama a preocupación puesto que lejos de reducirse refleja que, por los efectos económicos postpandemicos, esta rama adicionó al redor de 5 millones de personas.

Por otro lado, en Asia, también por efectos de la pandemia los pobres extremos se contaban por decenas de millones, donde 8 docena de estos le tocan el postigo a diario a la inclemencia de vivir con menos de 2.15 dólares al día.

Tomando en cuenta este último dato es que se debe dar vital importancia al proceso de desarrollo y reducción de pobreza de China, país que se ha consolidado como el líder de la era de reconfiguración planetaria que estamos viviendo.

Las reformas económicas lideradas por Deng Xiaoping a partir del 1978, marcaron el inicio a un tránsito sin descanso hacia el desarrollo económico, político y social del país asiático que incluyó una astronómica reducción de la pobreza y la eliminación de la pobreza extrema desde el año 2021.

Se estima que más de 740 millones de personas han salido de la pobreza desde el 1978 a la fecha, una drástica reducción que permitió, por ejemplo, pasar de un 72% de pobreza extrema en 1990 a 0.1% en el 2021.

Este es un hecho altamente importante que se pone en evidencia cuando se contrasta con un mundo que aún posee en condición de alta pobreza a la misma cantidad de personas que China sacó de pobreza general en los últimos 40 años.

Como datos importantes que certifican el desarrollo económico chino se pueden citar el alto nivel de probabilidad que poseen los jóvenes del país asiático de tener casa propia, quienes, según datos cortados al 2018, tenían el doble de posibilidades que sus pares estadounidenses, así también como la relación directamente proporcional que se dio entre las personas que usaban bicicleta y vehículos, los cuales en 1978 eran de 5.6 millones y 77 mil, respectivamente; mientras que en 2018 la cosa se invirtió pasando a 8.54 millones las personas que usaban vehículos, mientras que apenas 2 millones compartían bicicletas.

Nuestro país tiene varias décadas de crecimiento económico, donde a pesar de los sobresaltos de malas gestiones ha logrado consolidar su estabilidad macroeconómica, en estos días que tanto se habla de reformas, incluyendo una fiscal, pienso que es propicio el momento para sentar las bases de una discusión seria de un pacto por el desarrollo económico y la consolidación de una sociedad de clase media que nos establezca objetivos claros, precisos y logrables y nos permita emular, sin entenderlo como una receta y entendiendo nuestras particularidades, el proceso de Reforma y Apertura que se dio en China que los ha llevado a ser uno de los líderes del desarrollo global.

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