jueves, noviembre 28, 2024

A mis compañeros jóvenes de la FP

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO

Por Mihail García

Cuando junto a otros compañeros del equipo político en el que participamos discutíamos sobre el papel que debería jugar la juventud en el proceso de transformación vertiginosa que llevaba la sociedad, afloraron preocupaciones que, paulatinamente, se convirtieron en hipótesis y que llevaron a la propuesta de creación de espacios de sinergia en los que convergieran la experiencia de las canas y los bríos de la juventud.

Estas discusiones que comenzaron a gestarse en el Partido de la Liberación Dominicana y que trasladamos a Fuerza del Pueblo, nos llevó junto a la compañera Edhoarda Andújar a construir y acuñar la frase de «juventud es presente que construye futuro», como expresión de la visión de que los procesos actuales no podían darse al margen de los jóvenes.

Esta frase que quedó siendo proposición, era parte de aforismos que planteamos en una de nuestras largas conversaciones y que luego plasmé en unas felicitaciones a los jóvenes, por allá por el 2018: «más que futuro, juventud es presente que construye futuro».

Cuando se dice así, se hace más que evidente que el significado de la frase es llamar la atención de que la juventud no debía ser, solamente, parte del futuro de la patria, sino que debía incidir, desde el presente, para lograr tener un mejor futuro.

Amablemente muchos de los jóvenes de Fuerza del Pueblo han acuñado la proposición como un grito de guerra para de una u otra forma exigir o tratar de integrarse al presente de la organización política.

Pero, si bien los jóvenes deben exigir participación, está participación no debe darse solo sobre el interés de obtener un rédito particular o porque se entienda que la juventud es un mérito en sí misma, ya que cuando se está en proyectos colectivos lo más importante es lo general. Sobre todo, en una organización política donde el fin es tomar el poder para transformar la sociedad.

Por eso, sugeriría que antes de presentar legítimas aspiraciones a diferentes posiciones dentro del partido, todos los jóvenes se agrupen en círculos de debates y a través de la inteligencia colectiva, den vida a posturas en torno a cada mesa de trabajo que se va a incluir en el Congreso Ordinario que recién abrió el partido.

Aportar ideas y presentar propuestas para su inclusión en los documentos partidarios deben ser el norte de todos los jóvenes que aspiran a incidir en el presente para lograr un mejor destino. Luego, las aspiraciones, legítimas, pueden darse y lo mejor, sobre una base filosófica que las sustente.

Pues no en vano establecía el profesor Juan Bosch, guía moral de Fuerza del Pueblo, que “Los jóvenes que aspiran a ejecutar su obra de un día para otro se exponen a desencantos dolorosos, pues nada que no tenga sus raíces en el tiempo puede perdurar. Y la única manera conocida de enraizar algo en el tiempo es trabajando”.

Los jóvenes, como ese presente que instrumentaliza un futuro promisorio, deben sumergirse en la obra de creación, a través del trabajo constante y permanente; en la formación política que disciplina y crea mística para que, en el porvenir, sea sobre sus huellas que transite el progreso, bienestar y justicia social de las próximas generaciones

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