AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Por Bolivar Balcacer
La República Dominicana enfrenta desafíos que amenazan su estabilidad social y económica. Entre los más urgentes están la creciente violencia, el deterioro institucional, y la «haitianización», un término cargado de connotaciones políticas y sociales que refleja la preocupación por la presencia de inmigrantes haitianos en el país. Estos factores, junto con la percepción de abandono por parte de las autoridades, podrían desembocar en una explosión social si no se toman medidas urgentes.
La violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con un aumento significativo de la delincuencia y los homicidios. Las causas son múltiples: pobreza, desigualdad, falta de oportunidades laborales, y una educación insuficiente. Además, el narcotráfico y las pandillas se aprovechan de esta vulnerabilidad. La respuesta de las autoridades ha sido insuficiente. La policía, frecuentemente señalada por corrupción y abusos, no ha logrado controlar la delincuencia, socavando la confianza en las instituciones.
La «haitianización» refleja la preocupación por la influencia cultural y demográfica de los inmigrantes haitianos. Es cierto que la migración desde Haití ha aumentado, generando tensiones
La combinación de violencia, deterioro institucional y tensiones migratorias crea un caldo de cultivo para una potencial explosión social. La falta de oportunidades y la creciente desigualdad económica alimentan el descontento. Si las autoridades no actúan con rapidez y determinación, el país podría enfrentar manifestaciones masivas, disturbios y una crisis social de gran envergadura.
Para evitar este escenario, es esencial reformar el sistema de seguridad pública, mejorar la capacitación y el equipamiento de la policía, y erradicar la corrupción. Invertir en educación, salud y empleo es crucial para combatir la violencia y la pobreza. Con voluntad política y compromiso, es posible superar estas crisis y construir una República Dominicana más justa y segura para todos.