AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Recientemente, se han avivado intensos rumores sobre la posible salida del gobernador eterno del Banco Central, Héctor Valdez Albizu. Los ciudadanos celebran, preguntan, cuestionan y opinan al respecto, mientras los factores detrás de estos rumores son públicos y notorios. Sin embargo, lo que el gobierno intenta ocultar a toda costa es la verdad sobre el devastador impacto social de la crisis que se avecina.
El Banco Central, bajo la dirección de Albizu, maneja una suma astronómica de 19 mil millones de dólares destinados a la capitalización, pago de deuda y estabilización de la tasa de cambio para mitigar la inflación. A esto se suma la alarmante cifra de 38 mil millones de dólares que el gobierno de Luis Abinader ha tomado prestados, aparentemente sin resultados tangibles. Esta combinación está configurando una verdadera bomba de tiempo económica, una carga que Valdez Albizu intenta desesperadamente evitar que estalle en sus manos.
El gobierno, sin embargo, ya está preparando el terreno para justificar su salida, argumentando que es tiempo de un cambio, manipulando la opinión pública para que aplauda como focas entrenadas. Mientras tanto, nos encontramos en la antesala de una inminente reforma fiscal que se cierne sobre todos los dominicanos. Esta reforma, inevitablemente, nos obligará a pagar por los excesos del gobierno: una nómina inflada, funcionarios sobrevalorados, y gastos irregulares en pensiones, alcaldes y legisladores.
La política económica ejecutada hasta ahora coloca al presidente Abinader en el ojo de la tormenta como uno de los peores del siglo. La retórica y la publicidad no pueden ocultar la cruda realidad: estamos enfrentando una crisis de proporciones significativas, y aquellos que hoy aplauden podrían mañana tener que pedir perdón por haberse alineado en contra del interés nacional.
Ante este panorama incierto, es crucial que periodistas y líderes de opinión actúen con responsabilidad y transparencia. La verdad debe prevalecer, incluso cuando los tiempos sean difíciles. Solo así podremos encarar los desafíos que se avecinan y proteger el bienestar de nuestra nación.