AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Por Mihail García
Decía don Juan, guía moral de nuestra organización política, que “lo que tiene que tener un partido político no es una mayoría de los miembros, sino una gran autoridad moral sobre su pueblo».
En efecto, esta aseveración del maestro Bosch nos invita a reflexionar sobre el rol de los partidos políticos y nos hace entender que estos no pueden ser un fin en sí mismo, sino, un vehículo sobre el cual transiten las causas del pueblo hacia la toma del poder político para desde allí reivindicarlas.
Por esta razón, es fundamental que nuestra organización política asuma, desde el prisma ideológico que da su declaración de principios y los métodos que establecen los estatutos, mientras está en oposición, las reivindicaciones sociales que soliciten los ciudadanos de nuestro país.
Es así que, la dirigencia de la provincia de Pedernales o la de Santo Domingo, la de San Pedro de Macorís o la de Santiago, están obligadas a asumir y acompañar al pueblo en sus luchas, asumiendo, en algunos casos la vocería de las peticiones a reivindicar, pero además de presentar posibles soluciones ante esos males.
Nuestra organización política tiene que tener la capacidad de que cada dirigente hable el mismo lenguaje, de que cada propuesta de solución este sustentada en la base filosófica de la organización y de que cada acción que se acometa desde la presidencia nacional hasta la presidencia de una Dirección de Base, sean vistas por el pueblo como un esfuerzo por acompañarles, por ayudar a mejorar su calidad de vida.
Asumiendo las causas del pueblo, desde la cosmovisión ideológica partidaria, ganamos el futuro y logramos además de membresía y militancia, autoridad moral sobre el pueblo, porque como bien decía Don Juan » Nadie puede superar al pueblo en el conocimiento profundo de la realidad nacional porque él vive esa realidad día a día de manera práctica, o bien cosechando los beneficios que le puede proporcionar esa realidad o bien padeciendo los males que ella le produce”.