AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
En la política dominicana reciente, las encuestas han jugado un papel crucial, no solo en medir el pulso electoral, sino también en influir en la psicología de los votantes y los partidos. Los resultados de encuestas recientes han presentado un escenario desalentador para la oposición, lo cual parece estar afectando directamente su motivación y, por ende, sus posibilidades electorales.
En República Dominicana, un país donde el comportamiento electoral a menudo se inclina hacia “el ganador probable”, las encuestas negativas pueden desmotivar no solo a los activistas de base, sino también a los votantes potenciales de la oposición. Este fenómeno crea un ciclo desalentador: cuantos más desmotivados se sienten los seguidores, más baja es la participación, lo que a su vez conduce a una menor intención de voto registrada en las encuestas subsiguientes, perpetuando la percepción de una derrota inminente.
Por otro lado, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha mostrado una fortaleza y cohesión notable bajo el liderazgo de figuras como Ignacio Paliza, Carolina Mejía, Designe Asencion y el presidente Luis Abinader. La estrategia del PRM no solo se centra en mantener el poder, sino en fortalecer su estructura interna y preparar el terreno para futuras contiendas electorales. Un claro ejemplo de esta visión a largo plazo es el anuncio del presidente Abinader sobre la convocatoria de todos los aspirantes a la presidencia del PRM para el 2028, inmediatamente después de las elecciones. Esto pone en evidencia que el PRM no está tirando huevita, están jugando de a duro, como se dice en el argot beisbolero.
Este enfoque no solo demuestra la confianza del PRM en su actual liderazgo y estrategia política, sino también su intención de seguir siendo un actor principal en el panorama político dominicano. La capacidad del PRM para transformarse rápidamente en una “maquinaria político electoral” y un “partido de Estado” con una “vocación de poder única” es un testimonio de su efectividad y adaptabilidad, factores que sin duda jugarán un papel crucial en su sostenibilidad y éxito futuros.
Mientras la oposición enfrenta el desafío de reagruparse y reavivar el entusiasmo entre sus filas, el PRM continúa solidificando su posición como una fuerza dominante en la política dominicana, preparándose no solo para mantener el poder en el próximo torneo electoral en PRIMERA VUELTA sin dudas, sino para establecer las bases para una presencia prolongada y significativa en el gobierno.
Paul Almánzar Hued