domingo, mayo 4, 2025
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Una oposición sin rumbo en Santo Domingo Este

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.

Por: Héctor Méndez

En la política moderna, la oposición tiene una función vital: ser contrapeso, generar propuestas y encarnar las aspiraciones de cambio de la ciudadanía. Sin embargo, en Santo Domingo Este, esa figura se ha convertido en una sombra desdibujada, sin fuerza ni rumbo claro. La oposición en este municipio, particularmente representada por el partido Fuerza del Pueblo, exhibe debilidades estructurales profundas, un discurso desconectado de la realidad social y una alarmante falta de articulación estratégica.

Mientras los problemas del municipio crecen desde el colapso del tránsito, la inseguridad, la deficiencia en los servicios básicos, hasta la falta de espacios públicos dignos, la oposición permanece en una inercia preocupante. No hay una narrativa que conecte emocional ni racionalmente con los munícipes. No existe una propuesta clara que invite a creer en un proyecto alternativo. Como decía Sun Tzu, “la estrategia sin táctica es el camino más lento hacia la victoria; la táctica sin estrategia es el ruido antes de la derrota”. En Santo Domingo Este, la oposición ni siquiera genera ruido.

Fuerza del Pueblo, que aspiraba a consolidarse como opción sólida frente al oficialismo, hoy enfrenta divisiones internas, improvisaciones organizativas y una militancia que parece más enfocada en disputas personales que en construir una agenda municipal coherente. La falta de conexión con los barrios, con los liderazgos comunitarios y con los jóvenes quienes hoy demandan respuestas concretas y participación real es una señal inequívoca del distanciamiento entre esa oposición y la sociedad que dice representar.

Como advertía Antonio Gramsci, “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Esa es la sensación que predomina en el municipio: una oposición envejecida en sus métodos, anquilosada en sus estructuras, mientras el presente exige innovación, presencia activa en los territorios y, sobre todo, claridad política.

La oposición en Santo Domingo Este necesita más que reorganización interna. Requiere una refundación de su propósito. Debe asumir que la política del siglo XXI no se hace solo desde las oficinas ni desde ruedas de prensa aisladas. Se construye en el territorio, con presencia constante, escucha activa y propuestas creíbles. La ciudadanía está cansada de la retórica vacía; quiere soluciones reales, liderazgo auténtico y compromiso con su bienestar.

Mientras no haya una oposición capaz de mirar de frente a los problemas del municipio, entender su complejidad y proponer alternativas concretas, el oficialismo seguirá avanzando sin contrapeso. Y eso, en democracia, no es un triunfo de nadie: es una derrota para todos.

Redacción

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