AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.
En mi vida profesional he tenido el privilegio de conocer personas interesantes, quienes con el tiempo se han convertido en clientes y/o amigos. Como coach y consultor de imagen pública, he tenido el privilegio de interiorizar, con el permiso de ellos, en su vida privada y pública, conociendo cómo ellos han escalado paulatinamente a sus objetivos y metas, en muchas ocasiones con alto sacrificio social y económico. Personas que, sin abolengo heredado, apellidos sonoros y posición económica, han creado los surcos, arando su porvenir y trillando su posicionamiento empresarial y profesional.
Indudablemente, no se trasciende con solo alcanzar tus objetivos empresariales, profesionales o económicos, la trascendencia es el resultado de un proceso en el cual incluso puede confundirse con meramente el resultado mismo, obviando el perceptor el proceso que requirió el ente trascendido, para llegar a ese resultado que se ve como punta del iceberg.
Puedes ver individuos que han ascendido social y económicamente; sin embargo, no tienen ninguna trascendencia, son seres inertes que en el ocaso de sus días se encuentran solos y sin ningún reconocimiento, ni de su propio grupo objetivo y cercano.
Entonces, ¿qué es lo que realmente hace que la persona trascienda?
Si buscas personas y personajes en nuestra historia latinoamericana, encontrarás que muchos de ellos trascendieron involucrados en el proceso en el cual incluso algunos perdieron la vida o muchos de ellos quedaron en la inopia.
Ahora bien, aun así, se sienten que no han trascendido y pregunto yo: ¿qué hace que una persona se sienta que ha trascendido? Esa pregunta se la hice a algunas personas que entiendo han trascendido, aunque algunos de ellos mismos no se vean así. Las respuestas recibidas fueron sumamente interesantes y sustanciosas; aquí algunas:
“Una persona ha trascendido, cuando con lo que ha hecho o dicho ha hecho una contribución, ha generado algún cambio en la sociedad o en su entorno, lo cual le lleva a gozar del respeto y la admiración a través del tiempo.”
“La trascendencia es un efecto, no es una causa en sí misma, es el resultado de SER CONSCIENTE”. El Ser Consciente conoce. Conocer es poner el saber al servicio de la experiencia. Por eso trascender es tener un conocimiento profundo.
Y un gurú admirado por mí dice al respecto:
“Cuando le agregas algún valor a tu vida… Tienes éxito. Cuando agregas algún valor a la vida de otros, has trascendido”. John Maxwell
Entonces, la gran pregunta es: ¿Qué estás haciendo hoy por los demás que te permita mañana llegar a un estado de trascendencia? ¿Qué has declarado como misión y objetivo de vida? ¿Estás actuando de acuerdo a esas declaraciones? ¿Haces tú mismo tu hoja de ruta de vida o alguien más la está haciendo por ti?
Detente a pensar en tu panegírico y piensa si, si murieras hoy, ¿sería cierto y agradable lo que digan de ti? Porque si no te haces la idea de la retroalimentación necesaria y muy personal (contigo mismo), no podrás redescubrir qué cosas en tu vida, en tu accionar, en tu sociabilización deberías mejorar.
Eso es trascender: mejorar constantemente, pulirse, refinarse, dejar un legado que trascienda a tu presencia física.
Para trascender es necesario tener visión de superación. No importa la edad que usted tenga, aún no ha terminado.
Mantener comunicación constante con amigos, compañeros, conocidos, etc., para ofrecerles nuestra ayuda, platicar e interesarnos por ellos, nos ayudará a tener gran cantidad de relacionados y, además, estarán a nuestra disposición cuando los requeriremos. No podemos llamar a los demás solo cuando los necesitamos.
La superación es cercanía; más que estudiar, prepararse, entrar conocimiento al cerebro, es añadir habilidades emocionales a tu ser, a tu persona. Daniel Goleman en su libro “Inteligencia Emocional” nos dice que está demostrado científicamente que el éxito no es lo que llamamos (CI) coeficiente intelectual, que el 75% del éxito son habilidades emocionales y sólo el 23% es (CI) coeficiente intelectual; consecuentemente, usted necesita más habilidades emocionales que conocimiento. He visto mucha gente con maestría, posgrados, con 3 carreras, que nadie la quiere cerca, que son pedantes, gente que humilla a los demás, personas que se creen superiores (hasta más que Dios) y nadie quiere gente así para las empresas, ni de amigos, socios o clientes.
La superación tiene un componente emocional. Para superarte debes poner acción, más acción de la que hace una rutina de superación, una con más tiempo, empatía, enfoque, nivel; cuando hablamos de nivel, es más invertir en ti, refinarte. Siempre agradecer por todo lo que tenemos y no quejarnos del presente; la vida es un regalo. Debemos ir por la vida felices; si nos pasan cosas malas, verlas como oportunidades; cuando sucedan cosas contradictorias, agradecer por ello y buscar el punto agradable y enfocarlo en algo bueno.
La superación te da mejor calidad de vida, aprecio por la vida, mayor autoestima y mejores relaciones interpersonales. Cuando te estás superando, estás en una fase donde no te importa cuántos vampiros emocionales haya a tu alrededor; al contrario, tú contagias. La única forma de lograr que otra persona cambie es cambiando nosotros mismos. Hay algo que se llama neuronas espejo, neuronas que copian la actitud de la otra persona, lo emocional; los músculos faciales lo copian, en el rostro se refleja. Ese reflejo emocional provoca un contagio y ese contagio provoca muchas cosas que tienen que ver con superar un proceso, a veces de depresión u otros. Despréndete de todo aquello que no te deja avanzar. Muchas veces los vampiros emocionales los tenemos en la casa (una hermana, madre, suegro u otro), en el trabajo u otros lugares.
La vida no es sólo color de rosa, tiene diversas fases; tenemos éxitos, tristezas, alegrías, ira, miedo, aversión, baja autoestima y en esos momentos no tan agradables vienen todos esos factores que le dicen a usted que abandone, deserte, que no siga. Pero debemos ser fuertes, pacientes y sobre todo creer en Dios.
No sólo se trata de vestirse bien, del aspecto material, de prepararse, es interna la superación, es una decisión. Mientras más agradecemos, nos enfocamos y trabajamos para cumplir nuestros objetivos, más ayuda recibimos de Dios y más caminos encontramos. Cuando nos lamentamos y nos desesperamos aún teniendo el camino en frente, no lo vemos, porque las mismas lágrimas te empañan la visión y no te dejan ver el camino.
Tienes que detenerte de vez en cuando, mirar a tu alrededor y preguntarte qué estoy haciendo bien y qué estoy haciendo mal, qué estoy haciendo bien, pero qué necesito mejorar. La vida está llena de pruebas y errores. Debemos lanzarnos, arriesgarnos. Sea humilde, valórese.
“Atiende al consejo y acepta la corrección, así acabarás siendo sabio” Proverbios 19, 20. Creemos que lo sabemos todo, que podemos con todo, que somos autosuficientes y no es así, necesitamos de los demás.
Emplee tiempo para hacer lo que desee lograr. Todo lo bueno requiere tiempo, enfoque, dedicación y recursos (no siempre económicos); no se desespere.
El talento no es suficiente. Las relaciones se hacen con el manejo de sus emociones. El trabajo más difícil y el más importante es el que hago en mí mismo.
La superación puede ser compartida, pero no delegada. Los límites mentales debemos quitarlos para cumplir nuestros objetivos.
Hay que hacer de lo imposible, lo posible.