miércoles, abril 16, 2025
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¿Está preparado Santo Domingo Este para afrontar una catástrofe urbana?

AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO.

Por Carlos González

La reciente tragedia en la discoteca Jet Set, ubicada en el corazón del Gran Santo Domingo, ha desnudado una realidad que por años ha sido ignorada: la frágil infraestructura de nuestras edificaciones y la escasa planificación urbana para enfrentar emergencias de gran escala. Aunque el dolor por las vidas perdidas es todavía reciente, este momento debe servirnos como punto de inflexión para reflexionar sobre la capacidad real que tiene el municipio de Santo Domingo Este para prevenir y afrontar catástrofes urbanas.

Santo Domingo Este es el municipio más poblado del país. Su crecimiento ha sido acelerado, muchas veces caótico, y pocas veces acompañado de las infraestructuras que garantizan una vida segura y digna para sus habitantes. En sectores como Los Minas, Invivienda o Los Frailes, abundan las edificaciones improvisadas, las construcciones sin supervisión técnica, y la ocupación de terrenos vulnerables. Lo más preocupante es que muchas de estas zonas albergan centros de entretenimiento, centros educativos, iglesias y espacios públicos que congregan a cientos de personas sin que existan planes de evacuación, rutas seguras ni inspecciones estructurales regulares.

Santo Domingo Este, además, cuenta con una gran cantidad de infraestructura dedicada al entretenimiento bajo techo, desplegada principalmente a lo largo de la avenida Venezuela, la autopista San Isidro y otras zonas comerciales. La mayoría de estos locales operan sin supervisión ni acompañamiento técnico de ninguna autoridad. A esto se suma una problemática clave: es muy poco probable que el personal que trabaja en este tipo de establecimientos esté entrenado para actuar en una emergencia. Los simulacros nacionales ante terremotos y otras catástrofes se realizan en horarios de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., precisamente cuando estos negocios están cerrados. Ojalá me equivoque, pero esta brecha de preparación y supervisión debe ser motivo de atención urgente.

No se trata sólo del gobierno: nosotros, como contribuyentes y ciudadanos, también debemos asumir responsabilidad. Muchas veces exigimos que las normas se apliquen rigurosamente cuando se trata del vecino, pero queremos excepciones cuando somos nosotros los afectados. Esta doble moral debilita cualquier esfuerzo por construir una ciudad verdaderamente segura y ordenada.

Santo Domingo Este necesita con urgencia una revisión profunda de su modelo de desarrollo urbano. Es tiempo de establecer una Dirección Municipal de Gestión de Riesgos y Planeación Urbana que no funcione como un simple apéndice burocrático, sino que esté liderada por un profesional capacitado en urbanismo, ingeniería o arquitectura, con conocimiento técnico y visión estratégica. Esta persona debe tener la autoridad y la preparación necesaria para aconsejar al alcalde en situaciones de toma de decisiones críticas, sobre todo en momentos de emergencia.

Más allá de las respuestas políticas inmediatas, esta tragedia debe movernos como sociedad. No podemos seguir construyendo una ciudad sobre la improvisación. La planificación urbana no es un lujo, es una garantía de vida. Y cada día que pasa sin actuar es una oportunidad más que dejamos al azar.

Hoy lloramos, pero mañana debemos construir. Con responsabilidad, con visión y, sobre todo, con memoria.

Redacción

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