AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Por: Julio Cesar Garcia Mazara, MA
La figura de Aracelis Tejada de Pacheco trasciende su rol como Vicedirectora Municipal; es un verdadero símbolo de resiliencia, dedicación y amor al prójimo. Proveniente de una familia humilde en Santiago Rodríguez y con una historia personal marcada por la fe y el compromiso social, Aracelis se ha convertido en un pilar fundamental en la comunidad, especialmente para aquellos que enfrentan desafíos por condiciones de discapacidad.
Desde una edad temprana, Aracelis supo que su vida estaría dedicada al servicio. Su entrega a Dios es un reflejo de su vocación y, a medida que creció, esa vocación tomó forma en su labor como docente y pastora. Con más de dos décadas de experiencia en educación especial, su enfoque ha sido siempre inclusivo, buscando romper las barreras que limitan el acceso a la educación y al desarrollo personal de estudiantes con diversas necesidades.
Una de las características más admirables de Aracelis es su capacidad para transformar su experiencia personal en una fuerza motivadora. La maternidad de un joven con discapacidad múltiple la impulsó a abogar por los derechos de las personas en estado de vulnerabilidad. Su papel como conferencista y educadora no solo fomenta la empatía y la solidaridad en la sociedad, sino que también educa sobre la importancia de valorar la diversidad. Esta lucha constante por la inclusión y el respeto es un legado que merece ser reconocido y replicado.
La creación de la Fundación La Muñeca Azul es otro testimonio del compromiso inquebrantable de Aracelis con su comunidad. Esta organización sin fines de lucro ha proporcionado recursos y apoyo a numerosas familias, convirtiéndose en un refugio para quienes más lo necesitan. Su dedicación no se limita a la educación formal, sino que se extiende a la construcción de una sociedad más justa y compasiva.
Como Vice-Directora Municipal, Aracelis tiene la oportunidad de influir en políticas públicas que impacten positivamente a las comunidades más vulnerables. Su formación académica, que incluye una licenciatura en Teología y una maestría en educación especial, la posiciona como una líder capacitada para abordar los desafíos que enfrenta la educación inclusiva y la atención a la discapacidad en nuestro país. Es fundamental que su voz se escuche en los espacios de toma de decisiones, asegurando que las necesidades de estos grupos sean atendidas con urgencia y respeto.
En un mundo donde la indiferencia y la exclusión a menudo prevalecen, figuras como Aracelis Tejada de Pacheco son faros de esperanza que iluminan el camino hacia un futuro más inclusivo. Su ejemplo nos recuerda que, a través de la educación, la empatía y el compromiso social, podemos construir una sociedad donde cada individuo, sin importar su condición, tenga la oportunidad de brillar.
El trabajo de Aracelis es un llamado a todos nosotros: a no permanecer en silencio ante la injusticia, a no apartar la mirada de quienes más lo necesitan, y a ser agentes de cambio en nuestras comunidades. Su legado es un testimonio de que, con amor y dedicación, es posible transformar vidas y generar un impacto duradero en la sociedad.