AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
En el contexto de una planificación estratégica centrada en la sostenibilidad, el concepto de default se presenta como una herramienta poderosa para transformar ciudades y comunidades. Proveniente de la economía conductual, este término se refiere a decisiones preestablecidas en las que las personas son automáticamente asignadas, aunque mantienen la libertad de cambiar si lo desean. Es importante aclarar que no se trata del default asociado a incumplimientos de pago por falta de liquidez. Lo realmente interesante es que, según estudios de expertos como Richard Thaler y Cass Sunstein, la mayoría de las personas tiende a permanecer en la opción inicial, lo que maximiza la efectividad de estas decisiones predeterminadas.
Un caso ejemplar es el de los planes de Fondo de Pensiones: cuando los empleados son inscritos automáticamente, la participación se incrementa drásticamente. Este sistema permite que los trabajadores comiencen a ahorrar desde el principio de su empleo, con la posibilidad de ajustar o cancelar su participación en cualquier momento. Al facilitar el ahorro mediante un default, muchas personas aseguran un futuro financiero más estable, incluso aquellas que podrían haber pospuesto o evitado esta decisión por inercia o falta de conocimiento.
Otro ejemplo exitoso de default es el de las donaciones de órganos en varios países. En sistemas donde las personas son automáticamente inscritas como donantes de órganos (opt-out), las tasas de donación son significativamente más altas que en aquellos donde se requiere que las personas se inscriban voluntariamente (opt-in). Países como España y Austria, que adoptaron este enfoque, lideran el mundo en disponibilidad de órganos para trasplantes.
Este modelo de default no obliga a nadie a participar, pero aprovecha la tendencia humana a mantener el estado predeterminado, generando un impacto positivo en la salud pública y salvando innumerables vidas.
Sin embargo, el verdadero potencial de los defaults se ha evidenciado en el sector energético. En municipios de California que adoptaron el default de energía 100% renovable a través de Agregadores de Elección Comunitaria (Community Choice Aggregator CCA), comunidades enteras, abarcando millones de personas, lograron reducir significativamente sus emisiones de carbono y cumplir metas climáticas décadas antes de lo planeado.
Imaginemos este modelo aplicado en nuestras alcaldías. Si desde el inicio de los contratos de suministro eléctrico se establece la energía renovable como default, podríamos promover un cambio masivo hacia un sistema más limpio. Esto no implica obligatoriedad ni aumentos significativos en tarifas, ya que los usuarios mantienen la libertad de optar por otras opciones. Sin embargo, la experiencia demuestra que la mayoría permanece en el default, logrando así resultados colectivos impresionantes sin requerir esfuerzos individuales extensivos.
Otro modelo de default aplicable en las alcaldías sería establecer el reciclaje automático como opción predeterminada, inscribiendo a hogares y negocios sin necesidad de registro previo. Con contenedores diferenciados para materiales como plásticos, papel y orgánicos, la mayoría de las personas mantendría el default, aumentando las tasas de reciclaje y reduciendo los residuos enviados a vertederos. Este enfoque promovería la sostenibilidad, educaría a la ciudadanía y generaría ingresos para las alcaldías al tiempo que disminuye los costos de gestión de residuos.
Adoptar el enfoque de defaults sostenibles en nuestras alcaldías traería múltiples beneficios transformadores para las comunidades dominicanas. En primer lugar, una determinación por parte de los líderes municipales podría traducirse en una drástica reducción de emisiones de carbono, eliminando prácticamente las asociadas con el suministro eléctrico. Esto permitiría acelerar las metas climáticas, alcanzando objetivos de sostenibilidad décadas antes de lo planeado, como ya lo han logrado varias ciudades en California. Además, esta medida tendría un impacto social significativo, ya que, mediante programas inclusivos, sectores de bajos ingresos podrían acceder a energía limpia sin costos adicionales, promoviendo así la equidad y la justicia social. Paralelamente, fomentar la generación de energía renovable local impulsaría el desarrollo económico, creando empleos de calidad y fortaleciendo la independencia energética de nuestras ciudades, construyendo una base más sólida y sostenible para el futuro.
Liderazgo y Visión
Los grandes cambios requieren visión y coraje. Establecer un default sostenible en las políticas municipales no solo posiciona a nuestras ciudades como líderes en el Caribe, sino que también demuestra el compromiso de nuestros líderes con el bienestar de las futuras generaciones.
Nuestras alcaldías pueden adoptar el poder de los defaults como parte de una visión sostenible e inclusiva para transformar la realidad de nuestra nación. El Banco Mundial, en su Informe sobre Clima y Desarrollo refiere que, de no empezar ahora con la adopción de políticas públicas sostenibles, la República Dominicana podría perder hasta el 17% de su PIB al 2050. ¡Actuar ahora es clave para garantizar un futuro brillante y verde!