sábado, noviembre 23, 2024

Aumentan las remesas enviadas desde la República Dominicana

La recepción de remesas es un flujo vital para la economía. Así como va en aumento también sube a lo inverso. Aunque ocupan un lugar menos central en las cuentas nacionales, las remesas que se envían desde la República Dominicana también pueden ser un indicador relevante de la presencia de poblaciones migrantes.

Registros del Banco Central indican que en el 2020 se enviaron desde el país 604 millones de dólares en remesas. El próximo año el monto aumentó 16.5 %, el siguiente 10.9 % y el año pasado 21.7 %.

Haití se mantiene como el país puntero en la recepción de esas remesas enviadas, aunque en los últimos dos años redujo su porcentaje proporcional al aumentar la representación de Estados Unidos.

Solo en el 2023, Haití acaparó el 61 % de las remesas enviadas y Estados Unidos el 22.5 %, según los datos oficiales.

A nivel provincial, seis de las siete provincias de la zona fronteriza están entre las que menos enviaron remesas solo en el 2022. «Puntualmente, en el territorio se realizaron el 1.6 % de las transacciones del país, con mayor preponderancia en el norte de la frontera (76.3 %)».

El Ministerio de Economía resalta en un reciente informe que, en el 2022, desde la zona fronteriza se enviaron 6 millones de dólares en remesas, siendo el monto más alto de los últimos 13 años, representando el 1.7 % de la cantidad enviada desde el país.

Al analizar el histórico, el ministerio observa un crecimiento considerable en las remesas enviadas desde la zona fronteriza, al pasar de 1.8 millones en 2010 a 6 millones en 2022.

Impacto en receptores

En su análisis, el ministerio observa que, si bien existe vasta evidencia de que las remesas aumentan directamente el ingreso de los hogares receptores e inciden en la reducción de la pobreza, otras teorías sostienen que, cuando las remesas ejercen un efecto positivo en las economías receptoras, la magnitud de los cambios suele ser modesta.

«Una de las razones que explican esta situación es que los hogares pobres enfrentan mayores restricciones para enviar migrantes al exterior, en comparación con los segmentos más educados (´fuga de cerebros´), lo que implica que la entrada de remesas no necesariamente está dirigida a la población más necesitada», agrega.

Señala que las remesas recibidas exhiben una marcada superioridad con respecto a las enviadas, en particular en la zona fronteriza. Esta disparidad, «podría sugerir la existencia de un mayor poder adquisitivo entre los trabajadores migrantes en comparación con los trabajadores residentes en la zona fronteriza».

El flujo de remesas que ingresó en 2023 alcanzó los 10,157.2 millones de dólares, según el Banco Central, y las enviadas 862.2 millones de dólares.

 

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