Por: José Amador
Director del Periódico Alta Gama
La Soledad del Presidente Luis Abinader
En momentos donde el liderazgo de Luis Abinader se enfrenta a una ola de ataques despiadados, sorprende y preocupa la falta de respaldo público de sus dirigentes. Estos momentos difíciles deberían ser oportunidades para ver un frente unido del PRM en defensa de un gobierno. Sin embargo, la desconexión evidente entre el mandatario y su propio partido parece haber erosionado el apoyo que debería tener en sus filas.
El presidente Abinader ha asumido el reto de liderar un país en tiempos complejos, en los cuales ha sido inevitable enfrentarse a decisiones que podrían incomodar a algunos sectores, pero que resultan necesarias para el bienestar general. Es claro que los problemas de la sociedad dominicana —como la inseguridad, el tránsito y la economía— no pueden solucionarse de la noche a la mañana. Sin embargo, estos retos requieren un liderazgo unificado, en el cual todos los representantes del PRM se esfuercen por proteger y sostener los logros alcanzados, en lugar de observar en silencio o, peor aún, actuar como críticos internos.
El silencio de los dirigentes del PRM es inexcusable, ya que deja al presidente solo ante ataques externos e internos. ¿Dónde están las voces de quienes fueron impulsados por este gobierno y que hoy deben velar por su estabilidad? La lealtad en política no debe ser vista como un favor, sino como un deber. Las críticas cuando vienen de las filas internas del PRM solo dan munición a la oposición y debilitan al gobierno.
El momento es crucial. Si el PRM desea consolidar su permanencia en el poder, necesita más que la figura del presidente; necesita un partido sólido, cohesionado y dispuesto a defender sus acciones y proyectos. La percepción de un gobierno desconectado de sus bases solo contribuye a sembrar dudas en la ciudadanía, abriendo paso a discursos críticos que buscan desestabilizar la gestión.