AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Haciendo una explicación técnica e histórica, el director general de Presupuesto, José Rijo Presbot, ha justificado el proyecto de reforma fiscal sometido por el Gobierno y que ha desatado críticas y rechazo. Básicamente ofreció dos razones para la reforma: el modelo clientelista-reeleccionista vigente desde el 2008, y el festín de la corrupción. Dejó claro que para no seguir tomando préstamos hay que ejecutar la reforma fiscal.
Fue a partir del 2008, según él, que “se creó un modelo para la reelección” (de Leonel Fernández) ese año, “un modelo deficitario, altamente clientelar”, pues “hasta el 2007 tuvimos superávit”.
Así que el 2008 fue el año del parteaguas, cuando arrancó “el déficit que genera un endeudamiento sin retorno “, pues desde entonces los ingresos “no alcanzan para cubrir los gastos”.
Por ello, el primer Gobierno de Danilo Medina (2012-2016) ejecutó una reforma fiscal para hacer frente al enorme déficit de 156 mil millones de pesos (el 5.6 % del PIB); y se le aplicó el 16% de impuesto al café, el aceite y el chocolate, y también se cargó más a la industria del ron.
Además, dijo el funcionario, desde el 1 de enero al 14 de agosto del 2020 se pagaron unos 61 mil millones de pesos de deuda administrativa con endeudamiento; de los cuales, 46 mil millones de pesos están en los tribunales por casos de prevaricación. El 25 % de los préstamos fue para pagar esas deudas ilegales, añadió.
Habló en una entrevista con el programa El Día, por el canal 11, donde dejó claro que “Todo el mundo tiene que pagar impuesto”, y que están atacando la evasión. Por cierto, destacó que solo 89 mil personas hacen su declaración de impuestos sobre la renta, y que esa cantidad tiene que ser incrementada para reducir las evasiones fiscales.
Y justificó el incremento del gasto corriente, alegando que se han incorporado empleos productivos en el Estado y se han aumentado las pensiones y el salario mínimo en el sector público.
Rijo Presbot apuntó que el Gobierno no atentará contra la calidad de la gente y que el gran reto es redistribuir la riqueza, que se ha mantenido durante los últimos sesenta años.