AGENDA ORIENTAL, SANTO DOMINGO
Osvaldo Virgil, quien el 23 de septiembre de 1956 empujó “el portón” para que los dominicanos iniciaran su entrada hacia las Grandes Ligas, falleció ayer a los 92 años.
Su muerte ocurrió en la mañana del domingo, unas 12 horas después de que había sido llevado de emergencia al médico, debido a que el pionero quisqueyano había sentido nauseas desde la noche anterior.
El domingo temprano, según narra su compañera en los últimos 25 años, Ivelisse, le prepara el desayuno a lo que Virgil lo rechazo, pues las náuseas se mantenían, malestar que le provocaron vómitos, volvieron a llevarlo al hospital y buscaban referirlas a la ciudad de Santiago y en ese proceso le dio un paro respiratorio lo que le provocó la muerte, según narró.
Desde ayer se estaba a la espera de la llegada de sus hijos desde Estados Unidos para determinar las honras fúnebres del primer dominicano en las Mayores, tras su debut con los Gigantes de Nueva York.
Su deceso se produce apenas seis días después de celebrarse el aniversario 68 desde su ingreso a la gran carpa, hecho que desde entonces ha permitido que más de 900 peloteros dominicanos han desfilado por los conjuntos de las Ligas Mayores y otro grupo mucho más elevado al menos ha accionado en las Menores.
De tanta trascendencia fue su debut que con el transcurrir de los años y las brillantes jornadas realizadas por los dominicanos hizo propicio que a las organizaciones de Grandes Ligas dieran inicio a su campo operacional en el país.
Hoy día casi todas tienen sus complejos en dominicana, estructuras donde no solo se han firmado varios millares de peloteros, además han creado grandes fuentes de trabajo para beisbolistas y otros tipos de personas en comunidades de gran pobreza.
Su fallecimiento enluta a todo el país, dado el gran impacto de su debut y todo lo que se ha derivado desde aquel histórico momento, en que bateó de 4-0 y defendió la antesala en el Polo Grounds de Nueva York.
Tras su debut, dominicana hoy exhibe cinco miembros en Cooperstown y decenas de figuras, quienes a través de los años han sido de gran relieve en la historia de las Mayores.
Hasta años recientes, Virgil estuvo trabajando con los Mets de Nueva York, específicamente en el complejo en Jubey, Boca Chica, lugar donde operan más de 15 de las academias de los equipos de béisbol.
Nativo de Monte Cristi y conocido como “El Oregano” fue miembro de los Leones del Escogido y las Aguilas Cibaeñas. Fue también manager de ambos equipos y de los Gigantes del Cibao.
En su carrera, jugó en todas las posiciones, menos las de lanzador, Virgil bateó .231 con 14 jonrones y 73 carreras remolcadas en nueve temporadas con Nueva York, Detroit, Kansas City, Baltimore, Pittsburgh y San Francisco.
En 1958 fue denominado “el primer negro” que jugó con los Tigres de Detroit,
Pese a que tenía color blanco.
En su debut con los Tigres bateó de 5-5.
Desde las primeras horas personalidades del deporte y de otras esferas de la sociedad han mostrado su pesar el fallecimiento del pelotero dominicano que por primera vez piso un Diamante de las Grandes Ligas, más en un momento de gran repercusión de la barrera racial.
La Liga Dominicana de Béisbol, la Dirección del Comisionado de Béisbol, los diferentes equipos han mostrado su tristeza por tal irreparable pérdida.